Que es la psicología invertida
Consiste en sugerir o pedir lo contrario de lo que realmente queremos que alguien haga. La idea detrás de esto es que, al sentir que se está restringiendo su libertad o que se le está imponiendo algo, la persona puede reaccionar haciendo justamente lo opuesto a lo que se le sugiere.
¿Cómo funciona?
- Creando reactancia: Al sugerir una opción, estamos, en cierto modo, "prohibiéndola" implícitamente. Esto puede despertar en la otra persona un deseo de hacer justamente lo que se le está negando, un fenómeno conocido como "reactancia psicológica".
- Aprovechando la necesidad de autonomía: Todos tenemos una necesidad innata de sentir que controlamos nuestras propias decisiones. Cuando se nos impone algo, podemos rebelarnos para reafirmar nuestra autonomía.
Ejemplos comunes:
- Con niños: "No toques ese juguete" puede provocar que el niño se sienta más tentado a tocarlo.
- En relaciones: "No me llames" podría hacer que la otra persona sienta la necesidad de comunicarse más.
- En publicidad: "Oferta limitada, ¡apúrate!" puede generar una sensación de urgencia y llevar a las personas a comprar.
¿Cuándo usarla?
La psicología inversa puede ser una herramienta útil en ciertas situaciones, pero es importante usarla con cautela. No siempre funciona y su efectividad depende de varios factores, como la personalidad de la otra persona, la relación que se tiene con ella y el contexto.
Consideraciones importantes:
- No es manipulación: Aunque pueda parecerlo, la psicología inversa no es necesariamente una forma de manipular a los demás. Se puede usar con buenas intenciones, por ejemplo, para motivar a alguien o para resolver un conflicto.
- Puede ser contraproducente: Si se usa de manera excesiva o inapropiada, puede generar resentimiento o desconfianza.
- No es una solución mágica: No es una técnica infalible y no debe ser la única herramienta que se utilice para influir en los demás.
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